Hubieramos querido que el bucardo regresara a Ordesa palpitante y vivo. No pudo ser. El 6 de enero del 2000 moría Laña, la última bucarda, una hembra de catorce años, postrero representante de esta emblemática especie pirenaica. Tristemente, hoy volvió, disecada, para presidir el Centro de Interpretación del Parque Nacional de Ordesa en Torla. Un regreso doloroso para quienes tengan un mínimo de sensibilidad. Un regreso que nunca debería haberse producido. Esperemos que en el futuro, podamos presumir contemplando el correteo de bucardos de otras subespecies, retornados a Ordesa de manera más auténtica y salvaje. Tiempo al tiempo...si la sensatez humana no los ayuda (en la actualidad las presiones de cazadores han detenido el proyecto de reintroducción de la cabra montes en el Pirineo), lo hará la naturaleza....ya hay rebaños en la cercana Sierra de Guara, a dos pasos escasos de nuestro Parque Nacional.
