domingo, 27 de septiembre de 2015

Accidentes en la Montaña

Entramos ya en la recta final de una temporada montañera francamente complicada en lo que a accidentes y rescates de montaña se refiere. A fecha de hoy 14 personas han perdido la vida mientras practicaban escalada, barranquismo o alta montaña en el Pirineo aragonés, una cifra que duplica la registrada el año 2014. Cifra a la que debemos añadir las nada menos que 200 salidas que el helicóptero del GREIM ha realizado en apenas cuatro meses. Entornos tan extraordinarios como Ordesa, atraen cada año a cientos de miles de personas entre las cuales, siempre encontraremos quienes no comprendan que, en realidad, no se encuentran en un destino turístico común, sino en un Parque Nacional de alta montaña. El número de accidentados suele ser mayor entre aquellos visitantes sin experiencia que sufren percances sin importancia pero que obligan a una evacuación; roturas de huesos, fatiga extrema, encrespamiento en áreas de las que luego no saben salir. Los accidentes con el peor final suelen padecerlos bien los escaladores y montañeros más experimentados, bien los practicantes de deportes de riesgo, dado que su actividad y el entorno donde la practican, supone el asumir unas situaciones mucho más complicadas de solventar en caso de producirse accidentes. El Pirineo, es necesario repetirlo, es un espacio tan enorme como salvaje, donde quien manda es la montaña en toda su extensión, lo cual obliga a adoptar una serie de precauciones como: - Conocimiento de la exigencia, duración y altimetría del recorrido que se pretenda realizar. - Meteorología prevista, aspecto este muy importante en una cordillera donde el tiempo, varía en un chasquido. - Material a llevar consigo; alimentos, bebidas y por supuesto, calzado, ropa de abrigo y una cartografía decente. - Dejar dicho dónde se va, especialmente, es obvio, si la excursión se realiza en solitario. - Si bien en la actualidad todavía existen grandes sombras de cobertura telefónica, es preciso llevar consigo un móvil, el cual resulta imprescindible para llamar al 112, cuya cobertura vía satélite esta en teoría, garantizada. - Ser precavido: por muy bonita que te hallan dicho que es la Brecha de Rolando, llegar a ella es una excursión de gran exigencia y, según la vertiente que se escoja, incluso de alto riesgo. Si no se puede, no se puede. - No intentar batir records ni de altura, duración o tiempo. Lo que se anda de ida debe realizarse de vuelta. - Contratar actividades de aventura con profesionales especializados y titulados, buenos conocedores del terreno que se pisa, en especial si se practican por primera vez. - Incluso en pleno verano, controlar la presencia y situación de zonas de nieve, glaciares y neveros. La nieve en las alturas pirenaicas es perpetua por lo que es imprescindible conocerlas según la cima que pretenda realizarse. Sobre todas estas medidas, que reducen al mínimo el riesgo, prima solo una; la sensatez. Esa sensatez que lleva cancelar una excursión cuando el cielo no resulta fiable, a darnos la vuelta cuando se escuchan tormentas a punto de reventar, a no atajar por caminos desconocidos y a dejarse aconsejar cuando no se sabe o se duda. Todo para que el 2016 quien entre salga y nos salgan mejores cuentas.