martes, 26 de noviembre de 2013

La trashumancia de la fauna salvaje...

Es algo habitual el que, durante la inacabable hibernada, los montañeses que conviven con Ordesa, se encuentren con sorpresas tales como jabalís "esfuricando" la basura, rabosos correteando por las callejuelas de los pueblos, ginetas curioseando cerca de gallineros, tejones asomando tras una huerta, quebrantahuesos o buitres posados cerca de bordas....es la trashumancia de la fauna salvaje de nuestro Parque Nacional.
En cuanto llega el més de noviembre y con el las primeras nevadas serias, las temperaturas gélidas que abren la puerta al afamado invierno pirenaico, la fauna comienza a encontrar serias dificultades para encontrar cobijo o alimento.
Unos, como reptiles, lirones o el archiconocido oso pardo, optan por echarse a dormir hasta que en marzo, la primavera anuncie tiempos mejores.
Otros, como el armiño o la perdiz blanca, son maestros del camuflaje y supervivencia incluso en las condiciones más hostiles, a más de 2500 mtrs.
Pero para la inmensa mayoría, la nieve es un reto, una prueba de fuerza a la que tan solo sobrevivirán los más fuertes y biológicamente preparados para la procreación.
Por eso, una de sus tácticas habituales, es la de descender hasta alturas más benignas, allá donde vive el montañés.
La convivencia no parece generar problema alguno.
Los pirenaicos saben que durante unos meses, al pasear cerca de sus aldeas, se encontrarán con bastantes más sorpresas de las habituales.
Se han dado incluso casos de jabalis acostumbrados a esperar, en hora exacta, la salida de un fulano con la bolsa de basura, aguardando paciéntemente y a la vista a que este la deposite para buscarse algo de pitanza.
Unos y otros han aprendido a respetarse y no son raros los casos en que a algún montañés, se le "cae" algo de grano al suelo cuando sabe que este puede sacar de apuros a algun "bicho".
Cuando marzo regrese, y con el nuestros milanos negros o alimoches, será la señal para que, poco a poco, la fauna gane altura en busca de comida, cobijo y hembras en celo.
Un ciclo que lleva siglos repitiéndose....y que nunca falte.
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