jueves, 17 de diciembre de 2015

Ciegos por no querer ver

A finales de noviembre, y a petición del Chunta Aragonesista, el pleno del Ayuntamiento de Broto rechazó una petición para pedir al Gobierno de Aragón, que acelerara los trámites para la declaración del Sobrepuerto como Paisaje Protegido. En apariencia, nada nuevo bajo el sol. El Sobrepuerto, en torno a 30.000 hectáreas situadas a caballos entre el valle de Broto y el del Serrablo, es una de las sierras prepirenaicas mejor conservadas, con grandes extensiones de caxigares, pinares, zonas de alta montaña que alcanzan los 2.100 metros y, en el caso del sector Yebra de Basa, un patrimonio etnográfico, histórico y religioso espectacular. Un inmenso y hermoso desconocido, sin duda. Un territorio con un potencial inmenso que despierta el deseo de muchos. Un deseo que ya llevó al gobierno aragonés a rebajar su intención de protegerlo como Parque Natural (algo que hubiera sido mucho más sensato) y dejarlo en Paisaje Protegido para limar las resistencias de los más ásperos. Unas resistencias ya naturales, normales incluso pero que, en el caso de Broto, resultan especialmente desasosegantes dado que parecen demostrar, el rotundo fracaso de nuestros Parques Nacionales en general y del de Ordesa en particular, por demostrar a los montañeses, los enormes beneficios que los espacios protegidos traen con ellos bajo el brazo. El ayuntamiento de Broto, cuya economía depende en un 80% del turismo verde, ese mismo que acude al gran valle precisamente por la protección que lo ampara, ofreciendo una naturaleza milagrosamente conservada en esta Europa nuestra, tan desarrollada como escasa de espacios como Ordesa, no parece haber comprendido. Dentro de poco más de dos años, Ordesa cumplirá cien años como Parque Nacional. En este siglo, el valle y sus 880 moradores, se han beneficiado del mayor periodo de prosperidad y progreso de toda su historia. Un progreso venido de la mano de ese turismo de naturaleza al que no parece mimar en demasía el cabildo de Broto, empeñado, a juzgar por sus últimas actuaciones, por destripar el Sobrepuerto a base de pistas forestales de más que cuestionable utilidad y nula viabilidad en cuanto a su mantenimiento. El Paisaje Protegido no supondría menoscabo a la actividad ganadera, fundamental en la zona y que, lejos de ser agresiva con el medio, resulta fundamental para su funcionamiento (si os gustan los quebrantahuesos, estos no volarían ya en el Pirineo de nos ser por las Asociación de Amigos del Buitre y la actividad de nuestros ganaderos). Tampoco agrediera a los cazadores (algo que especialmente encrespa a más de uno por la zona) pues el Paisaje Protegido se centra en frenar en seco, proyectos agresivos contra la estética de la montaña…proyectos como la urbanización que se pretendía levantar en Yosa o la que aun no se ha desestimado en Cortillas….o la misma pista forestal que desde el Ayuntamiento de Broto parece hacer tantos ojitos….y por culpa de la cual, dentro de unos pocos años andará pidiendo subvenciones para poder mantenerla cuando los inviernos se la echen abajo. Una pena. El valle, ha evolucionado hasta gozar de calefacción, wifi, sanidad, dos coches en el garaje y vacaciones invernales en una playa caribeña….pero la mentalidad de algunos de nuestros vecinos, sea culpa de su negativa a comprenderlo o de las autoridades por informarle sobre su realidad, sigue siendo la misma que la de sus bisabuelos, los que vieron como se creaba el Parque Nacional, hace ya cien años.